TEMAS: Psicología transpersonal, REGRESIONES Y PROGRESIONES, desarrollo personal, auto
conocimiento, espiritualidad,
terapias alternativas y holísticas y...
¡todo lo que les interese!
¿Te das cuenta de cuánto te quiere la vida? ¿Te das cuenta de todas las experiencias positivas que llegan a tu vida? ¿Expresas tu gratitud cada vez? A la vida le gusta la gratitud. Cuanto más agradecido estés, mejores experiencias llegarán a tu vida... Confío en mi Ser Superior y escucho con amor mi voz interior...
Sinopsis del documental Newen Mapuche de la realizadora Elena Varela presa por apoyar la causa Mapuche.Después de la muerte de joven mapuche Alex Lemun, en una recuperación de tierra, Elena una realizadora cinematográfica, comienza investigar las razones del conflicto que tiene el pueblo Mapuche con el Estado chileno. En su búsqueda conoce a un joven dirigente mapuche clandestino quien le va entregando pistas e información para comprender el conflicto mapuche en el sur de Chile.
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.
No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los críos. Los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores.
¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora está bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades. ¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos! Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.
¡Nos están fastidiando! ¡¡Yo los descubrí. Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica. ¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros? Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura.
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!! ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de ........... años! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII). No existía el plástico ni el nylon. La goma solo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan.
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'. Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo). Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo? ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron? En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos... ¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos! Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.
Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver!! ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne! Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'este es un 4 de bastos'.
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. Ni a Walt Disney. Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. Ah ¡No lo voy a hacer! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour. Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado.
Nacemos para encontramos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la Humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos porque no hay nada como recordar padres felices. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.
Esto lo aprendí de mi madre, que fue la primera buena noticia que recibí. Se llamaba Sara y la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón, es decir se dedicó a vivir, y no le quedó tiempo para otra cosa. De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a la mujer que ya no te gusta, al hombre que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste porque la vida es aquí y ahora mismo (aflójate, no tienes que cuidarte porque aquí no hay enemigos, aquí hay un hermano, aquí no tienes que vender o comprar nada, aquí el tiempo no importa porque señorea la eternidad, aquí no se blasfema, aquí se bendice).
Nacemos para vivir, y la herramienta para vivir es el amor, que nos lleva a comprender lo que nos rodea, y sólo en armonía es posible vivenciar, sentir la vida, que es difícil hasta que comprendes que hay una sola religión, el amor, un solo lenguaje, el del corazón, una sola raza, la Humanidad, un solo Dios, y está en todas partes. El que nace en este momento es el mismo que muere ahora mismo porque lo único real es el individuo, por eso la historia de la Humanidad es falsa, y por lo tanto son falsos los países y sus gobiernos, como sus pueblos son abstracciones, ilusiones que no existieron jamás, que no existen ni existirán porque sólo existe el individuo, pero a partir de él existe todo, por eso el griego aconsejaba: Conócete a ti mismo y conocerás al universo y sus cosas.
La estadística suma lo imposible, por eso la mayoría y el éxito son nada, por eso no hay más desdichas que alegrías ni viceversa, es tan imposible como sumar la metáfora a esta tarde y aquella lluvia al sueño que soñaré esta noche en ese querido lugar que es Chihuahua. Fuera del individuo son todas supersticiones, ilusas convenciones, somos el mismo hombre con distintas costumbres que gustamos llamar cultura o tradición, aunque la verdadera cultura es universal, como el individuo. Toda secta es un suicidio, una ilusión homicida (un alemán que se creyó superior asesinó a seis millones de judíos). Yo soy este presente y el pasado que lo posibilitó, es decir la eternidad del momento, soy esto que es ahora mismo, el que bebe vino francés en el avión, el que nace en Bogotá y el que muere en Hamburgo, yo soy, por lo tanto no puedo pertenecer a lo que no es, es decir a una clase o a un país, que además cambian de acuerdo a los caprichos de la política, por ejemplo a causa de Fidel Castro hay cubanos que ahora son norteamericanos y a causa de Pinochet hay chilenos que viven en Inglaterra.
La patria es una ficción, un pretexto de los que no se animan al mundo, que es la verdadera casa del hombre, la patria es una desgraciada invención de los hombres que nada tiene que ver con la realidad de Dios, la patria es un peso que agobia al hombre, como el Estado es la teta donde maman los ciudadanos pero el cáncer del hombre. Los países son abstracciones aprovechadas por los políticos y los militares, que son peligrosas abstracciones que dividieron, y dividen, a los hombres en clases sociales, colores y dogmas. Yo soy Abel y Caín, el último pastor que llegó al pesebre de Belén y el primer hombre que bajó en la Luna.
El ka'a he'ê, Estevia o azúcar verde (Steviarebaudiana) es una especie botánica de la familia de las astaráceas nativa de la región tropical de Sur América; se encuentra aún en estado silvestre en el Paraguay especialmente en el Depto. de Amambay (http://www.camarastevia.org.py/) pero desde hace varias décadas se cultiva por sus propiedades edulcorantes y su bajísimo contenido calórico.
En estado silvestre, S. rebaudiana crece en terrenos arenosos, poco fértiles y de buen drenaje; es ligeramente acidófila. Requiere días largos, y mucho sol. Para efectos agrícolas se prefiere emplear esquejes o patillas, suelo de textura ligera e irrigar con frecuencia durante el período seco. La cosecha se realiza justo antes de la floración, para mantener la máxima concentración posible de edulcorante en las hojas.
Puede utilizarse para la producción comercial por un periodo de más de cinco años; si se cosecha todo el tallo, la raíz rebrota. Una planta de 1 m. de altura rinde unos 70 gr. de material seco utilizable, de los cuales 25 gr. corresponden a hojas.
Usada desde la época precolombina por los guaraqníes de la región, que la denominan ka'a he'ê o "hierba dulce", como edulcorante para el mate y otras infusiones, la S. rebaudiana no llamó la atención de los colonizadores; no fue hasta su identificación por el naturalista paraguayo Moisés de Santiago Bertoni en 1887 que se informó sobre sus propiedades edulcorantes. Sin embargo, las dificultades para la germinación de las semillas hicieron que un intento de exportarlas a Gran Bretaña para cultivarlas comercialmente durante la II guerra Mundial resultara infructuoso. Fue la hija de Bertoni, Vera, y su esposo Juan B. Aranda quienes comenzaron con éxito la domesticación del cultivo alrededor de 1964; el botánico Tetsuya Sumida la introdujo cuatro años más tarde en Japón, que es hoy uno de los mercados principales del producto. En Paraguay el cultivo a gran escala comenzó en los años '70, y desde entonces se ha introducido en Francia, Espña, Argentina, Colombia, Bolivia, Perí, Brasil, México, Estados Unidos, Canadá, Corea y sobre todo China, hoy el principal productor. La falta de autorización por parte de la FDA para su uso alimentario ha sido uno de los principales óbices para su consumo a gran escala. No obstante los rendimientos en esteviósidos y rabonósidos entre los distintos cultivos son muy pronunciados, alcanzando incluso proporciones de 5:1, y siendo la Estevia paraguaya, hoy día, la de mejor calidad y la de mayor rentabilidad con hasta 4 cosechas anuales.
Los compuestos edulcorantes de la planta están contenidos sobre todo en las hojas; en 1931 los químicos franceses Marc Bridel y R. Lavieille lograron aislar los glucósidos que provocan su sabor, a los que llamaron esteviósidos y rebaudiósidos. Hasta 300 veces más dulces que el azúcar, los glucósidos de S. rebaudiana no afectan la concentración de glucosa en sangre, por lo que resultan inocuos para los diabéticos y útiles en dietas hipocalóricas.
Tanto las hojas secas como el extracto de las mismas y los esteviósidos aislados se emplean en Japón actualmente como sustituto del ciclamato y la sacarina, ocupando un 40% del mercado de edulcorantes. En distintas presentaciones se emplea también en otros lugares de Asia, en la zona del Río de la Plata en Sudamérica y en Israel.
En Estados Unidos un controvertido fallo de la FDA en 1991 prohibió su consumo, aunque no se adujeron razones para ello y varios de los responsables de la decisión dejaron poco después sus cargos en la FDA para trasladarse a la Nutrasweet Co. (una fabricante de edulcorantes). El fallo se revirtió en 1995, y desde entonces se comercializa como suplemento alimentario. En 2007 las empresas Coca Cola y Cargill obtuvieron 24 patentes de la rebiana, derivada de la Estevia para endulzar bebidas y diversos alimentos.
En Europa el uso de S. rebaudiana en productos alimentarios está prohibido preventivamente, por encontrarse toxicológicamente no aceptable. No obstante la Asociación Europea de la Estevia (EUSTAS), lucha por el reconocimiento legal en Europa de los glicósidos de esteviol como aditivos alimentarios y nuevo alimento ante el Comité Científico para Alimentación (SCF) de la Comisión Europea.
EUSTAS (http://www.eustas.org/esp/index_esp.html) se fundó en julio de 2006. Sus miembros fundadores fueron: Prof. Dr. Jan M. Geuns, cabeza del Laboratorio de Biología Funcional de la Universidad de Lovaina, Bélgica, Peter Grosser de MedHerbs, Alemania, Mónica Lorenzo Tejedor de ANAGALIDE S.A., España. Otros organismos como los cultivadores en Europa, el movimiento Slow Food y las asociciones de diabéticos y publicaciones especializadas Diabetes STOP (http://diabetesstop.wordpress.com/?s=) y Nueva Salud (http://nuevasalud.info/), apoyan su cultivo y consumo legal.
El consumo de la Estevia en los países en los que está autorizado tiene muchas vertientes: * Como anti envejecimiento en cosmética: 1. Gel de baño con stevia 2. Spray para cara, con stevia (rejuvenecedor) 3. Dentífricos con stevia * Como edulcorante, en forma de glicósido de estevia (blanco puro), en presentaciones de polvo, líquido y en pequeños comprimidos.
* Como medicación natural anti diabético, en forma de concentrado bruto, polvo pardo, en cápsulas para diabéticos tipo 2, por su efecto hipoglucemiante y regulador. * Como medicación natural, en forma de fermentado natural, con efecto antioxidante (antiedad) destacadísimo al ser seis veces más antioxidante que el reputado te verde, y por su probada eficacia limpiadora del sistema circulatorio, tratándose con él eficazmente según documentación médica avalada por las universidades japonesas: 1. Artritis / artrosis 2. Ictus y apoplejías 3. Alergias 4. Hepatitis crónica 5. Pericarditis 6. Hipertensión 7. Consecuencias diabéticas: Disfunción eréctil Retinopatía diabética Pie Diabético * En veterinaria, hojas en la alimentación animales de granja y de competición para mejorar su desarrollo y crías, y para mascotas.
En Japón la Estevia (http://www.jbb-stevia.com/spanish/index.html) concentrada se aplica en la cría de animales de vivero (peces), en cultivos agrícolas (frutas más dulces y grandes), siendo una rama de la horticultura muy prestigiada y con altos precios.
Los residuos de Estevia fermentada son aplicados en terrenos estériles por sobreexplotación con agroquímicos, o contaminados con dioxinas, recuperándolos en pocos años, (según estudios realizados por las propias empresas que fabrican dichos productos).
Pruebas animales y la extensa experiencia japonesa con la Estevia sugieren que esta es una hierba segura. Basados principalmente en la aparente creencia incorrecta de que la Estevia ha sido usada tradicionalmente para prevenir el embarazo, algunos investigadores han expresado preocupación de que la Estevia podría tener efectos anti fertilidad en hombres o mujeres. Sin embargo, la evidencia de la mayoría de los estudios sugiere que no debe existir preocupación si se toma en dosis normales. Por otro lado, se ha demostrado con investigaciones posteriores que los resultados de estas investigaciones no eran correctos. La seguridad en niños pequeños, mujeres embarazadas o lactando, o en aquellos con enfermedad hepática o renal severa no ha sido establecida.